miércoles, 18 de junio de 2008

cerrado por vacaciones

estimados lectores, me ausento diez dias porque me voy a la selva a viajar en peque - peque. ( http://www.aracari.com/aracariperu/amazon_cruises/delfin.shtml)
en unos 15 dias espero poder colgar el siguiente texto, que ya estaba terminando cuando me llamaron para invitarme a unas merecidas vacaciones !
saludos
rusca-ocio

jueves, 12 de junio de 2008

miércoles, 11 de junio de 2008

las bicicletas son para el verano

Hace aproximadamente tres meses que no andaba en bicicleta. La última vez que lo hice fue en Berlín en una de tres cambios que compré por 20 euros al turco Ozan, en el mercado de pulgas de Kreuzberg. Fue una negociación complicada porque el estafador otomano solo tenía dos y ninguna realmente merecía venderse. Pero en fin, la huelga indefinida de la Deutsch Bahn creó una necesidad mas. Salimos de juerga esa tarde de marzo con Pablo y Francisco. A las cinco de la madrugada medio mareado y sin haber ligado decidí dejar el Café Burger e irme a dormir al depa donde estaba alojado, en el barrio de Prenzlauerberg, una suerte de Soho en el lado oriental de la ciudad. Me demoré dos horas en llegar, una lluvia jurásica me impedía avanzar con rectitud, las llantas patinaban y no habían muchos recursos para orientarme correctamente; demasiadas Hefeweizen y un frío petrificante. Maldije el clima del norte de Europa y pensaba mientras me caía por tercera vez que esto no pasaría en Lima, donde el clima es amistoso y donde a pesar de ser soberanamente distraído podría llegar a mi casa sin mayores contratiempos.

Me equivoqué rotundamente.

Ayer a las cuatro de la tarde tenia un partido por el campeonato de squash del Regatas, como ya no tengo carro (esa ya es otra historia), decidí descolgar mi nueva bicicleta Trek alpha 4400 de su rack (estaba decorando la pared de mi baño desde que la compré hace un mes y medio apenas regrese de Alemania) e irme al Regatas montándola.

Camino al puente Villena me vinieron a la cabeza las imágenes de cuando era chibolo, con mis patas atravesando embalados las calles de Jesús María, el parque de las montañitas, las carreras estrepitosas, las visitas a las chicas que siempre salían en uniforme de colegio, el día que nos cruzamos con la grabación de Risas y Salsas y se nos encomendó la arriesgada misión de hacer caer de su bicicleta a Felpudini. Y muchas anécdotas mas que llenaron de ilusión el recorrido a Chorrillos.

Bajé la Armendáriz con la furia de Meteoro, sintiéndome de nuevo de quince años, metiendo la bici con destreza por el carril izquierdo, pedaleando como si atrás mió me corretearan Sayan, Juan luis, mi hermano Franco, el entrañable Alvaro y hasta mi perro Fonzi. Todos dispuestos a capturarme y empezar de nuevo la dinámica por entre las veredas de la residencial San Felipe, Salaverry, la pera del amor, y el golf de San Isidro.

Sin mucho esfuerzo y a los treinta minutos llegué vencedor al Regatas. En ese momento era Lance Armstrong cruzando la meta del Tour de France pero compitiendo con taxis, dos coasters con turistas, algunos autos particulares y un patrullero. Mi público entusiasta eran los animados vendedores de pescado y las sabrosas impulsadoras de huarique de muelle.

Meto una frenada deportiva con media vuelta en la cabina de la controladora de carnets, y me premia con palabras alentadoras. Bienvenido señor Rusca. Muchas gracias señorita controladora. Y desfilo por el interior del club paseando mi bicicleta nueva con el orgullo de finalmente haberla estrenado.

Pese a que estaba con las piernas algo adoloridas juego dos partidos y que me disculpen mis rivales pero estuvo pichanga. Sin sentirme cansado me ducho y recojo la bicicleta para emprender el viaje de regreso. Ya había avistado una ligera llovizna pero no me preocupaba mucho. Arriba en el malecón (después de meter la cleta en el ascensor porque no hay forma que me regrese por abajo y que suba la Armendáriz sin motor) empiezo a tener ciertas visiones recurrentes. Frente a mi el cielo cerrado, una lluvia torrencial y un velo de niebla. Se me salió espontáneamente un sheiße (mierda en alemán) y como creo en las causalidades trate de descifrar la razón de esta señal, definitivamente cachosa, pero señal al fin y al cabo. Mientras sonreía resignado empecé a pedalear, total, a peores climas me he enfrentado.

Bueno si algo es muy cierto, pese a que la lluvia de ayer fue realmente lluvia y las calles estaban encharcadas, es que la vista desde el malecón es espectacular; la bahía, los acantilados, las luces, los autos, la gente, todo el conjunto sobrepasa inmensamente a Berlín, y con el ipod bien entornillado no sientes los bocinasos. Kein problem.

Ya entrando en Barranco yo era un pez en el agua. Las gotas caían desde la gorrita y felizmente llevé buzo y casaca. Estaba contra el tráfico por la auxiliar en donde todavía están incrustados los malditos rieles del tranvía. En eso pasa a mi lado una chica linda, medio hippie medio pituca, de esas que le hacen tanto bien a los que todavía nos gusta Barranco. Nos miramos un par de segundos, frente a frente, paso rápido y con pena la dejo atrás. Me hago una pregunta vieja, ¿como haces para conocer a una chica así??? O sea en esas circunstancias?? Regreso y le pregunto una dirección?, o como haría Sayan me hago el argentino?? En verdad estaba linda, y si le compongo una canción tipo James Blunt??, pa que ? para que se entere cuando este anciana y desmemoriada??, además que como músico juego muy bien squash, o sea que son huevadas, ni siquiera se acordaría. Estaba en esas difusas divagaciones cuando me ciegan 4 fukin luces indicándome que tengo que cambiar de carril, es decir, que tengo que cruzar uno de los rieles del aparato ese viejo que ni siquiera existe, inmediatamente giro el timón, la llanta delantera pasa tranquila la de atrás derrapa, la bicicleta se chocolatea, entran los trompos, trato infructuosamente de controlarla y salgo disparado unos cuantos metros hasta caer en uno de los infames huecos de Lima que hoy están llenos de agua maloliente y barro.

Rápidamente me incorporo, me sacudo, me enderezo la gorrita y volteo a ver si la chica se ha percatado del rochesaso, nada, ni se inmutó. Todo bien. Recojo la súper Trek alpha 4400 y prosigo nomás. Acaso Lance Armstrong se va a amilanar por un pequeño roce?.

Ya por La Paz el trayecto parecía mas tranquilo, aunque debo confesar que dudaba mucho si el camino elegido era el más acertado. Cruzo Shell, esquivo un colectivo, subo la vereda, jalo y se me va la cola, de nuevo cataplum, hits the ground (u2/far away so close) ahora con torcida de catalina y pequeña avería en el descarrilador (ya se ya chuiman, no te burles). Demasiado estrenada salió la bici esta vez.

Dos golpes ocasionados por la lluvia torrencial que parecía que la hubieran importado del norte de Europa, sin Hefeweizen, definitivamente duelen más. Llego a Bonilla empapado, finalmente, pienso que la vida es irónica y que a veces te llena de barro. Empiezo a subir las escaleras de mi casa. Apago el ipod justo cuando termina Una de romanos de Sabina y se me queda en la mente los recuerdos de los amigos de mi adolescencia, de la época de las bicicletas, de las idas a los cines de Camino Real, de las miradas en uniformes de colegio, de las chicas, de los primero besos. De Risas y Salsas y de los húmedos días que pedalié en Berlín